Limpiar es más fácil y eficaz si identificas el tipo de suciedad presente en el suelo y eliges el equipo y el detergente adecuados para librarte de ella.

Guía rápida sobre contaminantes

La materia puede ser bien orgánica o inorgánica.

La materia orgánica constituye un campo de cultivo para las bacterias. La limpieza o desinfección al vapor es la forma más eficaz de limpiar.

  • Material vivo, como las bacterias, los virus, los hongos y los protozoos (animales minúsculos). Es el más común en cocinas y comedores en las que hay desechos de comida, o en baños, vestuarios y salas de hospital, en donde hay desechos humanos como piel, grasa corporal, heces y sangre.
  • Material procedente de seres vivos, incluida la comida, serrín y virutas de goma. Presente en todo aquel lugar en el que se producen o consumen alimentos, como cafeterías, bares y restaurantes.
  • Material creado por el hombre, incluidos fragmentos de plástico, aceite mineral, pintura y pegamento. Habitual de aquellos lugares en los que se fabrican productos de cualquier tipo, además de en cualquier lugar en el que se lleven a cabo labores de decoración o reparación.

Contaminantes inorgánicos que no proceden de seres vivos y no contienen carbono. Dentro de este tipo están el vidrio, la sal, el óxido y el polvo de ladrillo.

"Trabajamos con agua, harina y aceite, productos que pueden ser difíciles de limpiar, pero, con el suelo nuevo, se ha reducido significativamente el tiempo necesario para ello".

Franco Giuseppe Zirotti
arquitecto consultor externo de KFC

Sea orgánica o inorgánica, la suciedad se comporta de una forma concreta cuando intentas limpiarla:

Contaminantes solubles que se disuelven en el agua, como el azúcar, la sal y el detergente en polvo. Al ser solubles, suelen ser fáciles de eliminar. Son habituales en zonas en las que se vende, prepara o consume comida, como cafeterías, comedores escolares y cocinas de hospital.

Lo más probable es encontrarse con contaminantes no solubles que no se disuelven en el agua, por lo que será necesario usar detergente para eliminarlos. Ejemplos de este tipo de suciedad son el aceite y la piel, presentes en muchos ambientes, incluidas las cocinas y ambientes húmedos.

Otros ejemplos son fragmentos de plástico, virutas de madera, vidrio e hilo, si bien estos se eliminarán en el primer paso de limpieza, al barrer o pasar la aspiradora.

La suciedad no soluble puede ser aceitosa o estar en partículas:

Los contaminantes aceitosos se adhieren a las superficies y manchan al tocarlos. Ejemplos de este tipo de suciedad son el lubricante, la grasa y el aceite. Son habituales en cualquier lugar en el que haya comida, pero, dado que los vehículos emiten restos de lubricante y aceite, suelen introducirse en zonas comunes en los zapatos.

Contaminantes en partículas es suciedad en polvo, como tierra, piel, detergente en polvo y fibras rotas, que puede haber en una gran variedad de ambientes distintos.

Es muy probable encontrar juntos contaminantes aceitosos y en partículas, ya que la suciedad en polvo se adhiere a cualquier aceite con el que entre en contacto.

La suciedad abrasiva puede arañar una superficie, como, por ejemplo, el vidrio.

Los contaminantes difíciles/ pegajosos pueden adherirse a las superficies, como, por ejemplo, el sirope, la cera o el pegamento.

Por todo ello, hay materiales que pueden pertenecer a más de un tipo de contaminante ya que uno es de qué está hecho y el otro, cómo se comporta: la sal caída de un contenedor es una partícula de suciedad inorgánica que puede barrerse o aspirarse; la sal caída sobre una superficie húmeda es suciedad inorgánica soluble que puede lavarse.