Las zonas de aseos son problemáticas. Eso ya lo sabemos. Simplemente a veces no le damos la importancia suficiente. Técnicamente, al tirar de la cadena del inodoro, el agua se mezcla con partículas de los residuos. Se dispara una nube invisible con dicha mezcla que puede alcanzar los 25 cm. Desgraciadamente, esa agua contaminada puede permanecer hasta 90 minutos en distintas superficies¹.
Este ejemplo nos pone de manifiesto que no siempre tenemos presentes los peligros que nos rodean. Y, es que muchas veces dejamos nuestra salud y seguridad en manos de otras personas, al igual que otras personas ponen su salud y su seguridad en las nuestras.
Al planificar y gestionar espacios públicos, somos conscientes de que una limpieza eficaz o deficiente tiene importantes consecuencias en 3 áreas. La primera: la protección contra los deslizamientos; la segunda: la higiene de un ambiente, algo especialmente importante para personas vulnerables; y la tercera, la percepción que la gente tiene del espacio: que pueden derivar en decidir no volver a un restaurante cuya comida no os sentó bien, generar una sensación de inseguridad en un ambiente sanitario o de incomodidad en un lugar de trabajo.
La limpieza es un ámbito en el que nos centramos cada día, ya sea cuando trabajamos en el desarrollo de producto, al ofrecer soporte a nuestros clientes o cuando creamos herramientas de ayudas como nuestras guías descargables on-line. Sabemos que la limpieza es clave pero que puede ser una cuestión complicada.